Minfulness se ha convertido un término de moda de un tiempo a esta parte. Sin embargo, en muchas ocasiones se malinterpreta y desconoce su verdadero significado, más aún cuando se aplica en el contexto de la meditación.

Hay estados mentales, sensaciones o sentimientos que en ocasiones son difíciles de describir, y que algunas lenguas han tenido la capacidad de recoger en un solo término. Este es probablemente el caso de mindful, que, quizá por su afilada certeza en describir un estado mental, se ha adoptado con naturalidad en nuestro propio idioma.

El diccionario define el sustantivo mindfulness con tres sinónimos: attentive, aware, careful; o lo que es lo mismo, atento, consciente, cuidadoso. La acción de practicar el mindfulness convierte a una persona en mindful. Y he aquí una curiosidad; bajo la misma pronunciación se pueden entender dos palabras diferentes, con un significado exactamente opuesto y cuya diferencia cobra aún más sentido simbólico si hablamos de su aplicación literal en el contexto del estudio de la mente… Ambas palabras se diferencian tan solo por una consonante: mindful o mindfull. Lo que en castellano serían, tener o poner atención plena en cada cosa que se hace, y tener la mente llena, respectivamente.

[Fuente: https://peacerevolution.net/]

¿Cuál es la diferencia?

Pasamos media vida con la mente anclada en el pasado y en el futuro. Pensamos en el pasado lejano lamentándonos por cosas que hicimos y evocando recuerdos de vivencias que nos gustaría repetir, a la vez que estamos pendientes del pasado inmediato constantemente ¿dónde dejé las llaves? ¿cerré la puerta del coche? Lo mismo ocurre con el futuro; nos recreamos en imaginar situaciones futuras a la vez que necesitamos pensar en el futuro inmediato para nuestra toma de decisiones inmediatas; ¿qué comeré? ¿llamaré hoy a tal persona o mejor mañana? En definitiva, llenamos nuestra mente de pensamientos, y nos convertimos en mindfull, en mentes llenas.

Estar con la mente en el pasado y el futuro conlleva a que le reste poco espacio para concentrarse en la situación actual, la que estamos viviendo aquí y ahora, en definitiva, al único momento que verdaderamente nos pertenece y sobre el que realmente tenemos control. De este modo, pasamos a meter esta realidad, muchas veces cargada de rutina, en el saco de lo mundano, de aquello que se hace sin pensar, pasando así también a vivir de un modo en el que la multitarea no solo se premia sino que se motiva intencionadamente… ¿por qué no iría yo a aprovechar a leer los últimos titulares en mi teléfono mientras me preparo un vaso de café y me lo bebo como desayuno?

Como consecuencia, vivimos una vida a la que nosotros mismos le restamos interés. Algunos, para recuperar la plenitud, se someten a experiencias extremas, “vivir la vida a tope”. Otros, buscan todo lo contrario; ser mindful, o lo que es lo mismo, poner atención plena en todo lo que hacen, sin importar cuán de mundano y rutinario parezca, para conseguir la misma sensación: ESTAR VIVIENDO LA VIDA CON PLENITUD, CON CONSCIENCIA aprendiendo así a disfrutar de ella en cada momento.

¿Por qué no iba a ser un disfrute preparar el desayuno de cada mañana, oliendo el aroma que desprenden los granos de café al ser molidos, escuchando el sonido de del agua ebullendo borbotones de café, preparando la mezcla perfecta de ingredientes en una taza, paladeando los primeros sorbos…? Ser capaces de disfrutar de algo así requiere entrenar la mente para estar concentrada en una única cosa. Pero lo que es mejor, esta consciencia de los pequeños detalles, acaba por atraer GRATITUD. Gratitud por un día más, por una mañana más, por un desayuno más… ¿o es que acaso tenemos la garantía de que el café de la víspera no fuera a ser el último?

Vivir la vida de forma mindful o con atención plena son el resultado lógico de la práctica de la meditación. Con ella, aprendemos a parar la mente, a llevarla a un estado de quietud, a observar y a ser neutrales. Y, lo que es más importante, con este descanso mental atraemos un profundo bienestar, una fuente inagotable de positivismo.

¿Y tú? ¿Quieres ser mindfull o mindful?