¿ Alguna vez te pasó que sientes que necesitas un stop? ¿ Te sueles prometer un momento para ti, para estar tranquila, pero te cuesta lograrlo?  ¿Quieres saber como puedes “parar” todos los días sin necesidad de realizar alguna actividad extraordinaria o tener que hacer todo un plan para llevarlo a cabo? Pues si tu respuesta es sí, te ofrezco una oportunidad para descubrir cómo  lograr el cambio!

Realidad diaria

Muchos de nosotros sentimos que la vida diaria es una constante carrera llena de responsabilidades y quehaceres. La familia, el trabajo, el tráfico, la casa, los niños, los perros, el gimnasio o la falta de tiempo para ir, etc, etc, etc. Y bueno, la verdad es que solemos tener muchas cosas por hacer, incluso si no trabajamos en oficina, siempre hay cosas por hacer.

El estar en este “estoy ocupado” todo el tiempo o la mayoría de éste, ha hecho que nuevas enfermedades causadas básicamente por el estrés crezcan rápidamente y nosotros nos hemos acostumbrado a decir  “no tengo tiempo”, como una frase casi en automático que sirve de respuesta para casi todo y es una explicación para nuestro estado actual de cansancio , estrés, aburrimiento o lo que prefiramos decir.

Yo solía trabajar en una multinacional, tenía un buen cargo, ganaba muy bien y trabajaba aproximadamente unas 14 horas al día, tenía mucho estrés y no tenía tiempo para nada. Llego un punto en el que se me comenzó a caer el cabello y eso era purito estrés combinado con la sensación de que mi vida era una constante repetición día a día. Durante bastante tiempo permanecí así y no es que fuera infeliz, podía comprarme lo que quería y ello en ese momento me llenaba, hasta que dejo de ser así.

Durante toda mi vida escolar y casi toda la universidad practiqué basket, siempre estuve acostumbrada a moverme, a correr, a respirar, pero desde que comencé el trabajo de oficina eso paro, no supe como manejar mi cansancio y seguir haciendo lo que tanto bien me hacía. Así que un día me levante y dije: mañana me inscribo en el gym!… Lo hice y no fui más que unos días en todo un mes. Siempre me ponía excusas como : ” estoy muy cansada” “no he dormido bien” “hace mucho frío” “mi ropa esta sucia” “no me alcanza el tiempo” y muchas más. Sin embargo, el tema no era el tiempo, era que no controlaba mi mente y siempre buscaba excusas para no hacerlo.

El golpe!


Por un buen tiempo intente ir al gym pero siempre lo terminaba dejando. Siempre tenía mil cosas en la cabeza y más los problemas familiares. Mi estrés aumentaba más y más. No encontraba una forma de estar tranquila, de no estar tensa, hasta que un día me salto un anuncio en Facebook que me llamó la atención, era una sesión de sonidos sanadores para controlar el estrés y algo más, así que fui. Dos días después llegué a una casona en Barranco, efectivamente hubo un concierto de sonidos sanadores con instrumentos ancestrales y luego de ello una sesión de meditación con un monje via skype. Yo estaba super sorprendida, no me lo esperaba pero ya estaba ahí, así que no tenia nada que perder…. y PUM…. algo sucedió en mi cabeza.

Esa voz tan apacible, esa apariencia increíblemente pacífica, esa bata naranja y una sonrisa inmensa me dieron algo que ni siquiera sabía que estaba buscando: PAZ … me dieron unos minutos de silencio, unos minutos de relajación, unos minutos de tranquilidad, unos minutos de sentirme BIEN, de sentirme contenta y ni siquiera sabía porqué.

Ese día fue un punto de inflexión para mí, ese día las cosas cambiaron, ese monje, esa sonrisa, ese ambiente con gente tan buena onda me impactaron de manera profunda que no conocía. Luego de ese día no paré, y si bien fuí menos constante por momentos, no dejé la meditación desde ese día, poco a poco la fui incorporando hasta el día de hoy en que me convertí en instructora de meditación y mindfulness.

Dos semanas después me avisaron de que habría un retiro con un monje (el señor de bata naranja que guió la meditación) y yo sin dudarlo separé un cupo, Luego de una semana fuimos a un club en las afueras de Lima y estuvimos por 2 días y medios ahí.

El cambio
Fue sin duda una de las mejores experiencias que tuve, la mejor inversión que hice en ese momento y que me permitió por primera vez en mi vida regalarme un tiempo solo para mí, en un espacio adecuado y cuidado, rodeada de personas maravillosas como los instructores y sobre todo de ese monje budista que me regalo su energía de paz y que me enseño como conectarme conmigo.


Luego de ese retiro varias cosas cambiaron para mí, cambiaron en mí. No me mal entiendan, no me solucionó la vida, me dio herramientas para afrontar mejor mis situaciones diarias. No me dio respuestas específicas a mis problemas, me dio algo mucho mas importante que eso, me dio la oportunidad de verme , de ver hacia adentro, de encontrar tranquilidad en mí y no en lo de afuera. Me devolvió el poder, que yo no sabía que tenía, de ir creando una realidad que yo quería. Me enseño que no se trata de los demás sino de mí, y esto es algo que yo sé que siempre escuchan y es porque es verdad, pero por primera vez me vi a mi misma estando en calma, estando en paz por dentro. Aprendí lo bonito del silencio, lo bonito y sanador que es estar cerca de la naturaleza, lo bonito de saber apreciarla y de saber que siempre podemos recurrir a ella. Me enseño que si yo quiero puedo estar aquí y ahora, que es cuestión de practicarlo y de decidir hacerlo hoy, mañana y pasado. Me regalo un grupo de amigos que me entendían, personas que querían estar bien y ese espíritu se me contagió. Me regalo muchas cosas y siempre estaré agradecida por ello.

La oportunidad!
Ir a un retiro, a esa escapadita de la locura del día a día me ayudo mucho, me conecto conmigo y por consecuencia con los demás, me dio tranquilidad, me dio paz, y si tuviera que repetir todo de nuevo lo volvería a hacer. Fue una buena decisión, una sabia elección.

Solemos ver que hacen retiros en países como Tailandia, o ciudades como Bali y decimos….. wow que lejos!! que caro debe ser!


Sin embargo, esta vez lo tenemos aquí en Perú, en un lugar maravilloso por lo hermoso que es y magnético por la energía que nos da. Este año del 15 al 17 de Noviembre tenemos la oportunidad de experimentar ese cambio de perspectiva, esa conexión , tenemos la oportunidad de escaparnos hacia nosotros por unos días, tenemos la oportunidad de aprender de un maestro, de ese ser de luz, sabio, paciente y cercano que es un monje budista.
No pierdas esta oportunidad.

¿Te animas? …Da click aquí.

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