Estos son algunos de los aspectos en los cuales la meditación y el mindfulness pueden impactar tu vida si los adoptas como hábitos en tus actividades diarias: sentir menos sufrimiento y ser feliz.

  1. Confianza

¿Has tenido momentos en tu vida en que crees que no puedes hacer algo? ¿Momentos en que dudas de ti mismo y tus capacidades para lograrlo? ¿Has dejado de hacer cosas por el miedo a que puedan salir mal? Quizás te aliviará saber que no eres el único. Son cosas que de una u otra forma nos han sucedido a la mayoría de personas. Te alegrará saber que es algo que puedes manejar para dejar atrás las dudas que puedas tener sobre ti mismo!

El nivel de seguridad que una persona pueda tener es directamente proporcional al control que tenga sobre sus pensamientos y emociones (no es algo nuevo quizás). Entre mayor sea el diálogo interno que tenemos, es más probable que una de esas ideas que afecten nuestra confianza salga a relucir.

Un ejemplo: estás en una reunión de trabajo o en una conversación con alguien especial para ti. De repente algo pasa por tu mente y empieza a crecer una sensación de inseguridad. Se incrementa la cantidad de pensamientos que pasan por tu mente. Llegan recuerdos de situaciones pasadas que fueron incómodas para ti y crece la ansiedad al pensar que volverán a pasar. A medida que crece esa sensación, te desconectas más de lo que estás haciendo y te enfocas más en tu inseguridad. Esa cantidad de pensamientos son como un tren que va a toda velocidad hacia un precipicio. En ocasiones esa sensación te paraliza y sientes que tus esfuerzos de confiar más en ti se perdieron en un solo momento.

¿Cómo la meditación te puede ayudar a tener más confianza en ti mismo? La meditación te ayuda a reducir la velocidad de ese tren y puedes llegar a detenerlo totalmente. Practicando la meditación de manera habitual, te vas a acostumbrar a tener mayor control sobre tus pensamientos y emociones. De esa forma, si en algún momento llega a tu mente un pensamiento que te haga dudar de ti mismo, podrás dejarlo pasar sin que te afecte.

También, la meditación te ayuda a cambiar tu objeto de atención, para que no sea tú ni tu inseguridad, sino la actividad que estás desarrollando o la persona con quien estás hablando. La meditación también te ayudará a incrementar el flujo de ideas y pensamientos positivos.

Es importante estar atentos de nuestros pensamientos y hacer que nuestro diálogo interno sea cada vez más positivo. Al concentrarte plenamente en vivir en el momento presente (sea lo que sea que estés haciendo, hazlo de manera consciente y presente), es menor el riesgo de que surja algún pensamiento que pueda generarte inseguridad. Cambia el objeto de atención: no pienses en ti sino en lo que estás haciendo.

 

  1. Aceptar y dejar ir

A veces nos cuesta aceptar las cosas como son. Nos aferramos a ideas y expectativas que hacen que vivamos en el mundo de nuestras ilusiones y esperanzas, algunas que no corresponden con la realidad. Cuando eso sucede, en ocasiones nos sentimos tristes, deprimidos, quizás molestos.

Con la práctica de la meditación, será más fácil para nosotros dejar ir. Dejar de aferrarnos a las cosas que no nos dejan seguir adelante. Detener esas ideas recurrentes que dejamos inconclusas que vuelven una y otra vez a nuestra mente. Dejar de emitir juicios y críticas que no sean constructivas. Dejarnos ir…

Si no estamos de acuerdo con algo y está en nuestras manos hacer algo al respecto, ¡hagámoslo! Pero si no es algo que depende de nosotros, lo mejor es aceptarlo y dejarlo ir.

  1. Ser responsables de nuestra vida (disciplina, concentración, enfoque)

Nuestra vida está en nuestras propias manos. Lo que podamos hacer con el tiempo que tenemos sólo depende de nosotros mismos. Aunque es algo aparentemente evidente, no siempre lo tenemos presente. Por ejemplo, cuando llegamos tarde a una cita o reunión y nos excusamos en el tráfico o cuando dejamos de hacer algo que queremos hacer excusándonos en causas externas. Son situaciones en las que de alguna forma transferimos la responsabilidad que tenemos sobre nuestra vida a otras personas o situaciones. Situaciones en las que permitimos que nuestra felicidad dependa de otros y no de nosotros mismos.

Si quieres hacer algo, no busques excusas. Sólo hazlo. Las decisiones son acciones. Algunos cambios requieren que revisemos nuestros hábitos de vida. ¿Qué quieres cambiar o mejorar en tu vida? Ten la confianza de que sea lo que sea, puedes lograrlo y es algo que depende de ti.

Si eres responsable de tus acciones, también serás consciente de las consecuencias que ellas tienen y eso te llevará a tomar las decisiones que consideres mejores para tu entorno y para ti. Que aporten de manera positiva al mundo en que vivimos.

¡Somos responsables de nuestra vida, nuestras emociones, pensamientos y acciones! Es nuestra decisión ser felices o no. No dejes que otras personas o situaciones controlen tu mente.

 

  1. Disfrutar la vida, vivir el momento presente

Si alguna vez te has detenido a observar tus pensamientos, es probable que te des cuenta que muchos de ellos se refieren a eventos pasados (¿por qué hice aquello? ¿Por qué no lo hice?) o a eventos futuros (¿qué voy a comer esta noche? ¿Cómo me irá en la reunión de mañana?). En ese flujo de pensamientos, es usual que dejemos de ser conscientes de lo que estamos haciendo.

Una de las cosas que aprenderás practicando meditación de manera habitual, será a dejar ir los pensamientos acerca del pasado y el futuro y enfocarte más en el momento presente, no sólo con tus pensamientos sino con tus acciones.

A través de la meditación descubrirás esa fuente de paz y tranquilidad que está siempre en tu centro, ese lugar al que puedes ir en cualquier momento y te recibirá siempre con energía de Paz y de Amor. Esa es la verdadera paz. La Paz que surge de tu interior. Esa paz que puedes Ser y compartir con otras personas, con la naturaleza, con tu entorno. Así es como desarrollando nuestra paz interior podemos aportar a que haya paz en el mundo. Inner peace + Outer peace = Sustainable world peace. ¡PIPO!

Quisiera terminar con un fragmento de un texto que escribí mientras estaba en el avión, en el viaje de regreso a Colombia desde Tailandia:

“Regreso a Colombia con mi equipaje lleno de recuerdos y mi vida de nuevas experiencias, con mi mente más ligera, libre y serena. Regreso renovada, con la mente y el corazón abiertos al Amor, la Bondad, la Vida! Regreso con nuevos hábitos que me ayudarán a continuar en este camino de la mejor forma. Regreso, sin regresar, porque en lo profundo de mi Ser guardo el deseo de volver a Tailandia, este país en el que tantas cosas viví y aprendí.

Regreso con la decisión de que en adelante cada paso que de, cada respiración, cada palabra, cada pensamiento, cada acción, sea con la plena conciencia de que será para aportar algo positivo al mundo. ¡Eso me hará feliz! Que la energía del Amor y de la Paz guíen siempre nuestras decisiones.”

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Sandra Liliana Gómez Sánchez