We are living in a culture entirely hypnotized by the illusion of time, in which the so-called present moment is felt as nothing but an infinitesimal hairline between an all-powerfully causative past and an absorbingly important future. We have no present. Our consciousness is almost completely preoccupied with memory and expectation. We do not realize that there never was, is, nor will be any other experience than present experience. We are therefore out of touch with reality. We confuse the world as talked about, described, and measured with the world which actually is. We are sick with a fascination for the useful tools of names and numbers, of symbols, signs, conceptions and ideas.
Alan Watts
Vivimos en una cultura totalmente hipnotizados por la ilusión del tiempo, en el que el llamado del momento presente se siente como nada más que una rayita infinitesimal entre un pasado omnipotentemente causal y un futuro absorbentemente importante. No tenemos presente. Nuestra conciencia está casi completamente ocupada en la memoria y la expectativa. No nos damos cuenta de que nunca fue, es, ni será cualquier otra experiencia que la presente. Estamos, pues, fuera de contacto con la realidad. Confundimos el mundo como algo ya hablado, descrito y medido con el mundo que en realidad es. Estamos enfermos con una fascinación por las herramientas útiles de nombres y números, de símbolos, signos, concepciones e ideas.
Alan Watts
La primera vez que leí esta cita pensé en las calles llenas de tumulto y ruido, con miles de personas caminando rápido, atentas a sus celulares y relojes que indican que están tarde para llegar a la siguiente reunión. Todos corren y viven sin darse cuenta quién y qué está a su alrededor. ¿Qué pasó con la humanidad? ¿En qué momento dejamos de vivir y disfrutar? ¿cuándo nos olvidamos de respirar?
Yo soy una de esas personas que muchas veces camina corriendo, preocupada por la hora y por no poder cumplir con todo lo que me he propuesto. ¿Cómo cumplo con mis estudios? ¿Cuándo veo a mi familia? ¿Cuándo dedico tiempo a mi pareja? ¿Cuándo me dedicaré tiempo a mí? El tiempo nos queda corto y nos olvidamos de escucharnos y sentirnos, de entender qué es lo que nos dice nuestro cuerpo, y de experimentar nuevas sensaciones y emociones.
Hace poco comencé a meditar porque me di cuenta que mi cabeza necesitaba hacer un alto y dejar de lado todo los estímulos y pendientes que tenía a mi alrededor. Necesitaba alejarme por un momento de la realidad y sentir qué me decía mi cuerpo, mi corazón.
La meditación nos da la posibilidad de conectar con nuestras propias emociones y respirar a nuestro ritmo, dejándonos llevar por el momento, tomando consciencia de que ese es un momento para cada uno de nosotros. Claro, no todo el día podemos meditar, pero justamente uno de los beneficios es que gracias a la meditación aprendemos que desconectarnos cada cierto tiempo es beneficioso.
Más adelante escribiré otro post sobre todos los beneficios que descubrí que se obtienen al meditar. Por ahora no me queda más que invitarlos a alejarse del día a día, a que se conecten con ustedes mismos y disfruten de la vida, aprendan a perdonar y curar las heridas. La vida es ahora, es este momento mientras lees este post. Escucha qué dice tu corazón ¿qué estás sintiendo ahora mismo?
Date la oportunidad de escucharte y desconectarte por 30 minutos del día a día. Recupera tu esencia.
By Luciana Garcia